domingo, 18 de marzo de 2012

LA INSEGURIDAD Y LA PSICOSIS DE LOS MULTIMEDIOS



Inseguridad, delito y violencia por la tv.: la suma de todos los miedos







El debate sobre el aumento de crímenes violentos. El rol de los medios de comunicación en la generación de miedos. La tasa de homicidios y la percepción del delito en la población.


El jueves 7 de octubre de 2010, unas tres mil personas marcharon a Plaza de Mayo para reclamar seguridad al Estado Nacional. Hubo una sensación de déjà vu, con la imagen de Juan Carlos Blumberg, poblando los canales de noticias La movilización estuvo encabezada por los padres de Matías Berardi y Diego Rodríguez. Matías tenía 17 años y fue secuestrado y luego asesinado por sus captores. Diego era modelo y lo mataron de un tiro en la cabeza, cuando intentaron robarle su camioneta en Liniers. Dos casos con una característica en común: fueron muertes violentas. Si bien la tasa de homicidios es baja en el país, muchos analistas ya hablan de un aumento de la violencia en determinados delitos
Sin caer en la psicosis que proponen algunos medios y políticos, podría decirse que hay menos delitos, pero más violentos.
El Acuerdo de Seguridad Democrática (ADS) señala que las políticas de mano dura no redujeron el delito y, por el contrario, aumentaron la violencia: “La delegación de la seguridad en las policías, el incremento de las penas, el debilitamiento de las garantías y las políticas centradas en el encarcelamiento masivo basado en la prisión preventiva son los ejes recurrentes de estas políticas de mano dura.”  
Una baja tasa de homicidios, entonces, no garantiza una baja percepción de inseguridad, (miedo subjetivo al delito). “La articulación entre tasas de victimización altas –en su mayoría delitos menores– y tasas de homicidio bajas pero con mucha presencia mediática, hace que la experiencia personal de victimización se viva no según el calculo de las posibilidades de su baja posibilidad de desenlace fatal, sino en términos de incertidumbre.
Desde la perspectiva de muchos jóvenes que delinquen, la entrada al mundo mediático, es considerado un valor.” Le da ¨¨ CARTEL¨¨ dentro de la sociedad carcelaria. Los multimedios reproducen una y otra ves, la comisión de delitos de diversa gravedad , ocurridos durante el día y en distintas jurisdicciones lo cual no nos llamaría la atención, si tuvieran un movilero en cada una de las comisarías y otros tantos en cada uno de los hospitales que reciben a cada una de las víctimas. Resulta obvio que la información se canaliza vía policial, donde deben quedar asentados los diversos delitos para iniciarse el proceso judicial. Pero resulta extraño cómo toman conocimiento de los delitos contra la honestidad y de instancia privada, respecto los cuales se debe preservar la honestidad de la víctima (violaciones), o delitos cometidos por menores, respecto a los cuales se dan tantos detalles subjetivos (según el corresponsal periodístico) al público de los medios gráficos y/o televisivos, que casi cualquier lego, podría hacer un prejuzga-mientológicamente erróneo, antes del debido proceso.  
Gabriel Kessler, doctor en Sociología e investigador del Conicet. En su libro El sentimiento de inseguridad. Sociología del temor al delito, afirma: El régimen de representación del delito en los medios cambió. “La inseguridad es una sección cotidiana en los noticieros; la profusión de imágenes, la cámara en el lugar del hecho, la actualización constante del delito en los diarios on line van enhebrando una trama sin fin de situaciones, datos y noticias. La preocupación ya no parece ser de las grandes urbes. Pequeñas y medianas ciudades ya no estarían al margen de lo que es calificado como un flagelo. La inseguridad ha pasado a ser un problema público nacional ¨¨
Artemio López considera que los medios no crean el fenómeno, y que ni siquiera lo amplifican demasiado. “Si tuviéramos un reflejo televisivo de la cantidad de delitos cometidos diariamente, debieran transmitir en cadena nacional las 24 horas. Lo que los medios masivos logran es editorializar el tema e intentar, direccionar el reclamo genuino, esta vez, contra el Gobierno Nacional. Editorializan recortando la problemática compleja, despojándola de toda conexión, económica y social. Aparece transmitida sólo la imagen espectacular de dolor y muerte que trae como consecuencia el fenómeno 
¨¨No es posible hablar de seguridad pública y dejar de lado a la policía. La institución del Estado que suele ser la gran gerenciadora del delito. “Los miembros de las instituciones policiales, y en particular sus mandos superiores, resisten con mayor o menor temple corporativo todo tipo de escudriñamiento, inspección o examen. 

Ante la consulta del semanario dominical Miradas al Sur, uno de los jueces de la Corte Suprema, el penalista Raúl Eugenio Zaffaroni, dio su visión: “En la medida en que cada uno de nosotros siga dando opiniones, seguiremos sin hacer lo correcto. Sencillamente porque opinamos sin saber lo que pasa. Es necesario hacer más investigación de campo, investigación criminológica dirigida a la prevención. No se puede prevenir lo que no se conoce, más que en la medida elemental de lo evidente. No se trata de opinar, sino de saber qué pasa e ir a lo concreto. ¿Hay perfiles de víctimas? ¿Hay perfiles de victimarios? ¿Hay zonificaciones? ¿Se conocen los circuitos de encubrimiento habitual de automotores y otros reducidores? ¿Se sabe cuáles son los factores específicos de riesgo? Como no se sabe nada técnicamente, por medio de una estadística, hay estadísticas multidisplinaria, cada cual puede decir cualquier cosa y la vida humana y la integridad física quedan al vaivén intencional de las ¨¨opiniones¨¨ políticas y de la búsqueda del ¨¨rating¨¨ 

FUENTE: Semanario dominical Miradas al Sur